El Sujeto en Heidegger

Capítulo 3 de la investigación respecto de la noción de Sujeto


Martin Heiddeger

LA NOCIÓN DE SUJETO EN HEIDEGGER

En este capítulo vamos a plantear la noción de sujeto en función del análisis que hace Heidegger respecto al sentido del ser. Especialmente nos interesa familiarizarnos con su método de trabajo, que es la fenomenología, y revisar las implicaciones de uno de los existenciales que propuso, el Uno [das Man].

La obra de referencia para este recorrido es el trabajo que se suele citar como el libro más importante del siglo XX: Ser y Tiempo. Y efectivamente el trabajo que hace allí es extraordinario. Parte del señalamiento de una falla en nuestro sistema de referencias epistémicas; el haber pasado por alto lo que par él es el estudio fundamental, el estudio del ser. Si eso es verdad y si el verdadero movimiento de la ciencias se produce cuando se revisan los conceptos fundamentales, entonces el campo de la psicología tiene un gran problema, pues la noción de sujeto con la que se ha venido trabajando no ha progresado al mismo ritmo que en el conjunto de la ciencias modernas.

Sein und Zeit, Martin Heiddeger

Conviene aclarar de manera inicial que Heidegger expresamente advierte que no va hablar del ego, el sujeto, la persona, el espíritu, o el hombre, pues todos estos conceptos están fuertemente cargados de significado que no interesan a su investigación sobre el ser. Para Heidegger, nociones como las de 'sujeto', no pueden pensarse, sin antes haber trabajado en 'el sentido del ser'.

Para una proposición como: “El sujeto es inconsciente”, antes de trabajar el inconsciente o el sujeto, habría que trabajar el “es”. Pues solo habiendo formalizado óntica y ontológicamente la pregunta por el 'ser' estaríamos en condiciones de plantear un análisis respecto a algo; en nuestro caso nos interesa formalizar la noción de 'sujeto', pero en su momento habrá que posicionarse respecto al síntoma, el tratamiento, el material analítico, etc. Todos los elementos necesarios que podrían fundamentar una práctica clínica. Para Heidegger la pregunta por el 'ser' fue de gran importancia en Platón y Aristóteles pero desapareció hasta Hegel (trabajo que revisamos en el Cap. 1 de este proyecto) debido principalmente a tres grandes prejuicios:

  1. El “ser” es el concepto más universal.
  2. El concepto de “ser” es indefinible.
  3. El “ser” es un concepto evidente por sí mismo

En el campo clínico la noción de 'paciente' ha sufrido igual descuido, desde luego no se trata de qué palabra usar, algunas veces se les llama usuarios por el hecho de usar las instalaciones del hospital, o se les llama clientes por que son clientes de un servicio, no importa la palabra que eventualmente se use, el verdadero problema radica en el planteamiento óntico y ontológico que fundamenta la práctica clínica, es decir; aquello que implíca una posición ética en práctica clínica que se propone.

Con lo cual, conviene no intentar traducir la palabra Dasein por Hombre, existencia, ser-ahí, sujeto o paciente. Bien es cierto que muchas veces puede funcionar pensarlo así, pero con ello se pierde una noción clave para entender toda la obra; 'la apertura'. No solo la condición de apertura que tiene el ser humano respecto a sí mismo, sino también; que esa apertura es una posibilidad que puede no aparecer y que alude no a la experiencia subjetiva de sinseridad, sino al 'abrirse' del propio ser.

Para nuestro proyecto, que es la práctica clínica, podemos observar que la persona corriente generalmente anda sin preguntarse nada; se convierte en padre por ejemplo; en el sentido de criar o dar a luz, pero nunca se pregunta en que consiste esencialmente la tarea paterna. Un profesor pueden dar clases, en el sentido de estar frente a un grupo de alumnos, pero nunca haberse preguntado por la esencia de la enseñanza.

Por su puesto no se trata de que todos los profesores del mundo se pregunten por la esencia de la enseñanza, lo que se intenta mostrar es que la irrupción de la pregunta puede no ocurrir y justamente eso puede ser lo extravagante y de máximo interés para la clínica. Por ello conviene no entender Dasein como si se hablara del Hombre, pues si la pregunta acontece, Heidegger sugiere que conlleva tres implicaciones:

  • Algo puesto en cuestión [sein Gefragtes]
  • Un interrogado [ein Befragtes]
  • Lo preguntado [das Erfragte]

De entrada, lo que nos muestra esas implicaciones; es que la pregunta no es para nada el punto inicial, pues antes de que una interrogación pueda surgir requiere una estructura óntica y ontológica desde la que efectivamente algo sea susceptible de ser preguntado, de ser puesto en cuestión.

En nuestra tarea hemos puesto en cuestión uno de los conceptos fundamentales de la práctica clínica, que de manera provisional ubicamos con el nombre de “sujeto”, no obstante, relacionado con el espacio en donde nos ocupemos de investigarlo aparecen otras posibilidades, entre ellas: paciente, persona, individuo, cliente, etc. Todos ellos nombres que resultan secundarios y que nos muestras la importancia de interrogar al Sujeto fundamentalmente respecto de su ser, o dicho de otra manera;

Nos proponemos interrogar al Sujeto en tanto Dasein.

En principio de cuentas comencemos la interrogación con la condición óntica del Dasein, Heidegger dice que “La peculiaridad óntica del Dasein consiste en que el Dasein es ontológico.”(pag. 22) es decir que su estar siendo tiene la forma de una comprensión del ser con respecto a la cual el Dasein se comporta de tal o cual manera. Por lo que hay que puntualizar que una de las formas posibles de entender al sujeto en tanto Dasein, es siendo una expresión de ser, incluso pura expresión de ser.

Una orientación clínica

La comprensión del sujeto en tanto Dasein pasa por la comprensión del modo óntico en el que está 'siendo', a esta comprensión óntica de la existencia, Heidegger la llama comprensión existentiva y la usa como raíz de la comprensión ontológica. No como fundamento sino como movimiento, concretamente un movimiento retrospectivo, pues parte de la propia vivencia de la pregunta, en tanto que esa vivencia tiene el modo de ser de quien se pregunta por ello, y va en dirección a la esencia de quien pregunta. Por lo tanto, registramos dos herramientas de trabajo:

  • LA COMPRENSIÓN ÓNTICA

  • LA COMPRENSIÓN ONTOLÓGICA

Pongamos por caso un profesor que se pregunta por la esencia de la enseñanza o un padre que se pregunta por la esencia de la paternidad. Heidegger lo que propone es que esa interrogación por el “ser” descubre un movimiento retrospectivo hacia la propia vivencia del preguntarse, primero por la condición óntica “ser padre o ser profesor...” y en ello descubre también un movimiento prospectivo hacia lo que se pregunta, la esencia de la enseñanza o la esencia de la paternidad. Es decir, allí donde irrumpe la pregunta respecto de su ser en tanto siendo algo, Heidegger hace una proposición extraordinaria, dice: (en la pag. 28 de Ser y Tiempo.)

aquello desde donde el Dasein comprende e interpreta implícitamente eso que llamamos ser, es el tiempo.

Mas adelante en la Pag. 30

en su ser fáctico, el Dasein es siempre como y lo que 'ya ha sido'. Expresa o tácitamente, él es su pasado.

Nosotros, las personas corrientes por fuera de los espacios académicos, estamos acostumbrados a pensar en el tiempo en el sentido de 'la flecha del tiempo', de tal manera que si enumeramos vivencias en torno a lo que nos relata tal o cual persona seguramente podemos dibujar sin dificultad una secuencia simple de hechos ordenados.

Sin embargo, lo que Heidegger nos sugiere es que el pasado siempre se nos adelanta, que el pasado se sitúa siempre por delante de las vivencias. Cuando el sujeto se cuestiona un concepto fundamental, pongamos por caso la noción de amistad. El sujeto puede remitirse a todas las vivencias relacionadas con eso que se está cuestionando: no solo las cosas vividas efectivamente, sino también las cosas que leyó en alguna parte, que vio en una película, etc. Lo importante en este punto es percatarnos de que la idea de amistad que se plantea en tal o cual película o tal o cual libro ya está pensada con anterioridad al sujeto, al igual que cualquier cosa que haya escuchado de alguien.

De tal forma que todo ese sistema de referencias en donde se describe y explica la amistad, proporciona también para el sujeto una serie de vivencias posibles, que el sujeto viene viviendo e identificando como siendo muestras y referencias respecto a cómo la amistad “es”. Vivencias que efectivamente se pueden organizar cronológicamente en el pasado del sujeto ónticamente presente, sinembargo todo ese pasado y el pasado de su entorno, como lo sugiere Heidegger, va por delante del sujeto.

La proposición de Heidegger en este punto muestra una novedad extraordinaria, pues demuestra que el tiempo fundamental que hay que tener en consideración a la hora de pensar el sujeto no es el pasado sino el futuro, y más concretamente el futuro anterior.

La flecha del tiempo en el modelo de Martin Heiddeger

Todo el campo de la psicología y las psicoterapias que conocemos se basa en la idea de que algo en el pasado del sujeto puede explicar sus síntomas, osea algo le pasó cuando niño o con su primer amor , no importa. Pero incuestionablemente en el pasado de él, en consecuencia surge la idea de trauma. Sin embargo, con la propuesta de Heidegger se abren dos grandes posibilidades:

  1. No solo hay que tomar en cuenta el pasado del sujeto sino el pasado de todo su entorno.

  2. El valor que todas esas vivencias tienen para el sujeto se comprenden en torno a un horizonte temporal futuro, hacia donde suponemos que esas vivencias pasadas nos llevan, lo que suponemos que nos hacen y nos harán “ser“.

De ello es que la flecha del tiempo en Heidegger habría que entenderla como el recorrido en una superficie no orientable, quizás como la banda de Möbius.

Con lo cual, la pregunta por la esencia del sujeto, Heidegger sugiere que como toda pregunta, exige ser tratado en función de la cosa que se interroga, es decir como primer paso; formular una posición ontológica fundamental, pues sin ello no podemos más que limitarnos a estudiar al sujeto como sustancia (subiectum: hypokeimenon).

Que es el modo en el que lo estudió la antropología clásica, (no lo piensa así la antropología moderna, menos aún la antropología filosófica) es el modo en el que lo piensa la biología. Sinembargo lo extravagante y escandaloso es que la psicología nunca halla formulado en su propio campo una posición respecto al sujeto, que nunca recogiera las formulaciones propuestas en el conjunto de las ciencias (Física, Matemáticas, Antropología, Lingüística, Economía, etc) y se haya quedado solamente con una idea cercana al campo de la biología.

Dicho en los términos en los que nos manejamos en este trabajo; en el campo de la psicología clásica se piensa al sujeto como sustancia (subiectum o hypokeimenon). Es loable entonces señalar que para estudiar los fenómenos del campo clínico moderno (la angustia, el sufrimiento, el malestar, la soledad, el miedo, la vergüenza...) fenómenos humanos podríamos redundar, se requieren de manera inicial una determinación ontológica fundamental respecto al sujeto, sin la cual el estudio de estos fenómenos quedan pobremente planteados y con pocas garantías de formalidad científica.

Por lo cual, antes de poder organizar cualquier contenido material y por supuesto antes de organizar cualquier cosa respecto al sujeto es muy importante percatarse de que subyace un principio organizador. Ese principio organizador, esa determinación ontológica fundamenta, es con lo que el material es reconocido y luego puede ser efectivamente organizado.

Pag. 61 El auténtico principio ordenador tiene su propio contenido material … para clasificar imágenes del mundo es necesaria la idea explícita de mundo en general.

Una de las maneras en la que se puede seguir la organización que trabaja Heidegger; se dibuja en torno a la noción de existencia y existencial. Con especial importancia la diferencia entre estos dos términos. Si bien, la existencia es aquello con respecto a lo que el Dasein se comporta de alguna manera (por ejemplo el modo en el que una persona se comporta respecto al dinero), un existencial es un modo de ser del Dasein, una cualidad co-originaria del Dasein.

Por lo cual, la esencia del Dasein consiste en ser la expresión de su “ser” en cada caso (un empresario, un economista, un psicoanalista...) A la comprensión de sí mismo que tiene cada vez el Dasein, es decir; el modo en el que ese analista en particular se concibe como analista... Heidegger le llama comprensión existentiva.

Cada uno de nosotros tiene una cierta comprensión de las cosas que nos existen y nos comportamos de tal o cual manera en función de esa comprensión. Ahora bien, corrientemente comprendemos las cosas desde lo que Heidegger llama la cotidianidad. También sugiere que no desechemos esa comprensión tan fácilmente pues es desde ella donde se da el modo cotidiano del ser-símismo, el sujeto de la cotidianidad: el uno. Que en nuestro ejemplo respecto al dinero, sería el modo en que nosotros nos manejamos de tal o cual manera con el dinero, sabemos que es, cómo usarlo etc.

Pero también sabemos que hay una disciplina de estudio, la Economía, donde seguramente entienden el dinero de maneras más complejas que nosotros, lo que supone que su cotidianidad y la nuestra es muy distinta, pero lo que realmente nos resulta interesante para la clínica es cuando ese modo de ser cotidiano se ve interrumpido, cuando el mundo se abre en el Dasein, así como se abrió la Economía en lo que ahora llamamos Escuela Austriaca de Economía, que tentativamente podemos localizar esa apertura en personas como Ludwing Von Mises, Fritz Machlup o el economista español Jesús Huerta de Soto... Pero hacemos esa localización sin perder de vista que la apertura se dio en tanto Dasein, no en las personas, por ello es más apropiado hablar de un movimiento científico o de una escuela y no de la genialidad de alguien.

En esa línea de argumentación es que Heidegger propone que antes de poder trabajar con nociones como las de sujeto (paciente, analista, analizante, profesor, hombre, ciudadano, etc.) Habría que hacer un trabajo ontológico fundamental y para ello Heidegger sugiere un nuevo modo de comprender: el comprender existencial. Este nuevo comprender, Heidegger lo va a trabajar en torno a una serie de nociones que finalmente llama existenciales. Que son estructuras originarias con el Dasein, es decir no son características de la persona o el mundo, sino que son estructuras del sujeto en tanto Dasein; surgen con el Dasein, su existencia es la existencia del Dasein.

Cada uno de estos existenciales supone un trabajo delicado que habría que revisar, no obstante para este recorrido nos ocuparemos solamente de uno, precisamente el que se llama El “Uno” [Das Man]. otra de sus acepciones que nos facilita la lectura y que ya hemos estado revisando es “el sujeto de la cotidianidad”.

Entonces, tenemos tres elementos clave:

  • El Dasein
  • Los otros
  • El ser-sí-mismo cotidiano

Es tremendamente importante esta parte del trabajo por que en la práctica clínica nos encontramos siempre con la pregunta respecto a quién acude a consulta o quien es el paciente, a lo que eventualmente se contesta aludiendo a alguien en el sentido de subiectum en tanto ente presente (fulano de tal), junto con una serie de datos personales que le diferencian de cualquier otra persona; habitualmente su nombre personal y un número de identificación. Esa condición óntica no debe confundir la ontología de lo presente, en principio de cuentas es notable que el contenido sustancial de ese ente no puede explicar correctamente la existencia de fenómenos como el síntoma ni tampoco nos sirven para entender al propio sujeto, al “sujeto de la cotidianidad” (el Uno).

Heidegger hace aquí una puntualización extraordinaria, dice:

Bien podría ser que el quién del existir cotidiano no fuese precisamente yo mismo. (pag. 120)

Desde luego podemos rastrear y registrar todos los actos del sujeto; sus compras, sus Likes, los kilómetros que ha corrido, la alimentación que ha tenido, las personas con las que ha interactuado, más un larguísimo y nunca antes visto etc. Sin embargo puede que ninguno de esos actos estén vinculados significativamente a lo que él “es” esencialmente, no por que no se hayan registrado los datos adecuados sino por qué el acceso al Sujeto no se encuentra disponible sin un trabajo ontológico previo desde el cual pueda ordenarse un cierto modo de ser y con ello una serie de actos posibles.

En función de los cuales; el “yo” debe entenderse solamente como índice formal (pag. 121) por lo que quizás su esencia en tanto Dasein se revele justamente en los actos que nunca han sido realizados.

El argumento es del siguiente modo: no hay sujeto sin mundo... Ni tampoco hay un yo aislado sin los otros... Por lo que la estructura ontológica de lo así dado en la coexistencia cotidiana es inseparable entre esos elementos (Sujeto: Mundo: Los otros) y una interpretación adecuada así debería registrarlo.

En primer lugar podríamos localizar a 'Los otros' con respecto a los cuales el Sujeto coexiste; el profesor respecto a sus alumnos, el influencer respecto a sus folowers, respecto a los otros influencers etc. Es importante puntualizar aquí que 'Los otros' no son localizables de forma inmediata. Sin un trabajo ontológico previo, con la misma dificultad que tenemos para localizar al Sujeto, tampoco sabemos cuales son 'Los otros' del Sujeto. Heidegger hace una propuesta increíble; sugiere que Los otros son aquellos de quienes uno mismo generalmente no se distingue.

Puede que 'Los otros' sean los otros profesores o que ni los profesores ni los alumnos tengan una relación importante en el sistema de referencias ontológicas con las que se esté interpretando existencialmente el Dasein que es el sujeto en cuestión, sea este profesor o no. En tal caso lo que nos interesa primordialmente es que el Sujeto en ese modo de ser cotidiano no se distingue de los otros y por lo tanto Heidegger lo pudo formular así;

El Dasein vuelto hacia Los otros en su coexistir cotidiano, no es él mismo.

Entonces, siguiendo esta linea de razonamiento podemos con claridad suponer que quizás el paciente aquejado de tal o cual síntoma, en eso que aparentemente nos dice algo notablemente importante de él (abuso de sustancias, fracaso escolar, violencia machista...) Puede que justamente en eso no sea él mismo y los lugares en los que haya que trabajar esos modos de ser no sea en las experiencias personales que él haya vivido. Quizás tenga mayor relevancia clínica pensar 'el síntoma' en los lugares donde la lógica que fundamenta ese comportamiento puede aparecer, allí donde eso se piensa, allí donde eso se dice.

Es decir; el odio racista que un sujeto tiene frente a otro puede que no tenga su fundamento en las cosas pasadas de la persona racista, sino allí donde eso se piensa, allí donde pueda aparecer el argumento respecto al cual algo pueda ser pensado. El deseo incontrolable de consumo del sujeto adicto puede que no se encuentre en los efectos bioquímicos del organismo en interacción con la substancia, sino allí donde el consumo de tal sustancia aparece como algo deseable. En los argumentos que habilitan un campo de experiencias posibles como deseables, en la postura filosófica que respalda un modo de ser.

Heidegger dice; le han robado el ser, le han limitado sus posibilidades...

Pag. 131 Sin llamar la atención y sin que se lo pueda constatar, el uno despliega una auténtica dictadura. Gozamos y nos divertimos como se goza; leemos, vemos y juzgamos sobre literatura y arte como se ve y se juzga; pero también nos apartamos del “montón” como se debe hacer; encontramos “irritante” lo que se debe encontrar irritante. El uno, que no es nadie determinado y que son todos (pero no como la suma de ellos), prescribe el modo de ser de la cotidianidad.

La orientación clínica que se plantea con el trabajo de Heidegger es extraordinaria y lo más increíble es que ahora contamos con una tecnología extraordinaria también; algo que se viene llamando, entre otros nombres, como minería de datos. Pero antes de sumergirnos en ese campo es de máxima importancia detenernos con suficiente detalle en nociones como esta; El Uno.

orientación clínica moderna

Sin ese trabajo previo podríamos pasarnos muchas muchas sesioines buscando como se formo en el paciente tal o cual idea, gusto o vicio.

Pongamos por caso el adicto a los videojuegos: sin el trabajo previo tendríamos la ingenuidad de suponer que la idea de jugar videojuegos haya surgido en el paciente, o incluso como si el gusto experimentado personalmente cada vez que juega fuese algo propio. Sin duda como persona es responsable de sus actos, pero en tanto Dasein, habría que pensar en ese gusto como siendo del Otro, no 'siendo' él; en el sentido de si-mismo, sino siendo Los otros; en el sentido del Uno [das Man].

Por lo tanto, el análisis de los datos, tanto los big data como los datos proporcionados por el paciente en la consulta analítica, es decir; el material analítico, no esta en el mismo modo de las cosas que están en el mundo, esta en el modo existencial del Dasein, son cooriginarios con él. Antes de poder mirar en los datos hay que formular un Sujeto en torno al cual los datos son efectivamente sus formas de ser.

Lo que resulta en una orientación clínica completamente contraria a la que conocemos, que va de los datos al sujeto, se reúnen un conjunto de datos y se le pone un nombre; por ejemplo Trastorno dependiente de la personalidad. Después cualquiera que con esos datos es un trastornado igual.

La orientación moderna, es decir, la que se formula con el conjunto del saber científico moderno (lógica moderna, epistemología moderna,etc. ), es la que facilita las herramientas con las que podemos analizar el fundamento óntico y ontológico del caso clínico. Lo que nos hace ir del sujeto a los datos y de los datos al sujeto en igual importancia. Por lo tanto, mientras que en el modelo clásico la importancia recae en los datos, a pesar de que el Sujeto esté presente ontológicamente. En el modelo moderno la importancia recae en el Sujeto, esté o no presente onticamentee el paciente. Y esa es justamente la tarea que vamos a abordar en el último capítulo de este recorrido con el análisis de la noción de Sujeto en Jaques Lacan.